Chicago (I)
Creo que ya va siendo hora de reflotar esto después de unos cuantos días haciendo el vago y estudiando de vez en cuando.
Comenzaré con la primera entrega de una serie de "megusta-nomegusta" (o "ilike-idislike", como quieras) sobre algunos lugares de los Estados Unidos de América, el país al que todo el mundo parece querer parecerse y al que a la vez nadie quiere parecer parecerse. Como todo, tiene cosas buenas y malas, que trataré de destripar en la tercera entrega de la "saga". La primera estará dedicada a lo que mola y lo que no mola de Chicago, la tercera área urbana más grande de los EUA.
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Los rascacielos: sí, es un incordio tener que ir todo el puto día mirando para arriba, pero la verticalidad de Chicago, ciudad en la que se encuentran tres de los cuatro rascacielos más altos de América, le da una "personalidad" inconfundible a la que creo que ninguna foto llega a hacer justicia, pero valga como muestra...
De los más emblemáticos, mis favorito probablemente sea el Aon Center, el más alto de los de la foto de arriba. Me encanta ese minimalismo en el diseño muy parecido al de la Torre Picasso en Madrid, sólo que con algo más del doble de altura. Otra de las torres más emblemáticas, visible desde cualquier parte del norte de la ciudad es el John Hancock Center:
Para el final dejo el edificio que es sin duda el más famoso de Chicago, a pesar de ser uno de los más feos, bajo mi punto de vista. Con 442 metros de altura hasta el tejado y 527 hasta las antenas, la torre Sears fue el rascacielos más alto del mundo desde 1973 hasta hace cuatro años, cuando su techo fue sobrepasado por el del edificio Taipei 101, en Taiwan. Al margen de la posible fealdad de su estructura, no se puede negar que esta torre aporta un cierto atractivo al skyline de Chicago, dotándole de una composición muy llamativa. Lo mejor de la Sears Tower quizá sea poder subir al Skydeck a presenciar toda la ciudad de Chicago desde un lugar privilegiado a más de 450 metros de altura, para llevarse unas grandes vistas de recuerdo y alguna foto maja:
En Madrid ahora nos están haciendo cuatro torrecillas que, a pesar de que arquitectónicamente resultan atractivas y tienen una altura bastante impresionante, creo que el impacto que producen en el skyline de Madrid es un poco espantoso.
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El transporte público (CTA): sin duda es necesario viajar al extranjero para darse cuenta de que el Metro de Madrid es un puto edén en comparación con lo que puede encontrarse uno por ahí fuera.
Sobre los autobuses no opino, porque no monté en ninguno, pero la red de trenes de Chicago, integrada en el mismo organismo público que los buses (Chicago Transit Authority), no hay muchas cosas buenas que decir... trenes viejos, masificación de pasajeros similar a la del metro de Madrid, escaleras mecánicas que brillan por su ausencia y el brutal anacronismo que supone mantener vías elevadas en toda la ciudad. Sí, está claro que lo de ver los trenecitos pasar por arriba tiene su encanto y es un rasgo característico de la ciudad, pero la situación de las vías obliga a los trenes a llevar una velocidad ridícula la mayor parte del tiempo, con el problema añadido de que son extremadamente ruidosos en una ciudad en la que la contaminación acústica, independientemente de los trenes, no deja de ser una clara merma de la calidad de vida. Y no digamos si pasan mientras estás debajo de las enormes y anticuadas estructuras metálicas que sostienen las vías.
Entre las 10 líneas de tren, sólo existe una de "metro" propiamente dicho, que es subterránea sólo en la zona del centro de la ciudad: la línea "roja". El resto de las líneas tienen algunos tramos subterráneos, pero la inmensa mayoría de las estaciones están en alto. En definitiva, es preferible tener coche en Chicago, por mucho que el ayuntamiento tenga la desfachatez de promocionar en las carreteras la CTA instando a los conductores a evitar los atascos metiéndose en esa pobre y lentísima red de trenes.
Hoy no me da tiempo a más, pero el "megusta-nomegusta" de Chicago continuará con muchas más críticas y más interesantes sobre temas como comida, bebida y esas cosas que tanto nos gustan...
Etiquetas: arquitectura, chicago, estados unidos, megusta/nomegusta, rascacielos, transporte publico, usa, viajar, viajes
Interesante análisis, aunque yo no tengo mucho con lo que comparar (en mi pueblo como que no hay ni metro ni rascacielos) pues te tengo que dar la razón. Por la foto que pones el metro tiene pinta de ser una mierda, ni comparación con la maravilla de Bilbao, y eso de que vaya lento no mola nada, cuando precisamente ése tiene que ser su atractivo, que llegues media hora antes por lo menos que si vas en bus.
Esperaré ansioso los demás posts.
Posted by auster | 7:11 a. m.
Bueno, ahora me parece que Iberdrola está empezando a construir una pedazo torre de 165 metros en Bilbao, que no es ninguna tontería. Y bueno, el metro, aunque más pequeño, no dudo que le dé mil vueltas al de Madrid y un millón o millón y medio al de Chicago :P.
Posted by David | 1:31 a. m.
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